La profesión, incluidas las juntas estatales, independientemente de si las personas las consideran iguales, inevitablemente se enfrentará a tecnologías emergentes. Ante este cambio innegable, ¿cuál es su predicción para el futuro de la VCPR y cómo pueden los veterinarios en ejercicio afrontar los cambios sin dejar de participar en la atención de sus pacientes?

[James Penrod] A medida que la telemedicina se extiende a la atención humana, las personas esperan que sea una opción para la atención veterinaria. Organizaciones como la AVMA y la AAVSB trabajan para ayudar a los profesionales y a los miembros de la junta directiva —quienes, sigo diciendo, son sus colegas— a comprender la tecnología y cómo nuestra profesión debe cambiar como resultado.

[Lori Teller] Estoy de acuerdo en que el VCPR se modificará para satisfacer mejor las necesidades de los clientes y del público en general que tienen acceso limitado a la atención médica por cualquier motivo, ya sea económico o geográfico. Otro aspecto a considerar es cómo la telemedicina puede ayudar a ampliar el alcance de los veterinarios de medicina general, al optimizar el uso del personal paraprofesional y mejorar la colaboración con los especialistas, especialmente en zonas remotas. En ocasiones, un especialista puede guiar virtualmente al médico de cabecera, evitando así que los clientes tengan que desplazarse al centro de referencia más cercano.

[Jessica Trimble] Veo un futuro en el que los veterinarios necesitan aprender más sobre habilidades de comunicación, ya que dejaremos de ser verdaderos diagnosticadores para convertirnos en educadores y guías. Podremos analizar los datos de los pacientes obtenidos mediante dispositivos de IA (inteligencia artificial). Luego, tendremos que centrarnos en la comunicación con el dueño de la mascota para definir la mejor estrategia de diagnóstico.

Admito que me preocupa un poco nuestra profesión, que ya está un poco estresada, con los rápidos cambios como la tecnología. Tenemos que encontrar la manera de ayudarnos mutuamente a afrontar esos cambios.

Me ha encantado ver, durante el último año, que algunas de nuestras organizaciones más importantes, como la AVMA y la AAVSB, ayudan a los veterinarios a comprender cómo implementar la telemedicina, a comprender las leyes y a familiarizarse con las más de 50 empresas de telemedicina que existen. Algunos están escuchando y considerando no solo lo mejor para los veterinarios, sino también lo mejor para nuestros pacientes. En general, estoy entusiasmado por ver qué sucederá en los próximos años y por ser parte de ello.